Existen diferentes factores que hacen que la pintura aplicada en las paredes no se vea igual a una muestra en una carta de colores, el más influyente tiene que ver con la iluminación.
La luz
La principal fuente de cambio en la percepción del color aplicado sobre una pared es la iluminación, ya sea natural o artificial. Durante el día las distintas variaciones de luz que tiene un interior, hacen que los tonos vayan cambiando de claros a oscuros, de tonos intensos a opacos. Los reflejos que son provocados sobre ciertos objetos internos o externos también pueden jugarnos una mala pasada.
La luz artificial, dependiendo se su coloración, es otra modificadora de las tonalidades volviendo los colores más cálidos o fríos, según sus características. Lámparas incandescentes o cualquier otra que pueda emitir una luz cálida hacen ver al verde más amarillento, por ejemplo, mientras que éste mismo color iluminado con una luz fluorescente o fría mostrará un verde levemente azulado.
Incluso un mismo color utilizado en interior y en exterior puede resultar totalmente distinto, siendo que la plena luz solar refleja los pigmentos de la pintura de una forma diferente a la luz artificial.
Contrastes de colores
Existen hermosos colores por sí mismos, colores que podrían verse igualmente de especiales con una combinación de tonalidades neutras o blanco, pero que adquieren otro carácter y pueden no verse tan agradables en compañía de otros tonos intensos o mal combinados.
Colores de pinturas previas
Aunque actualmente existen pinturas muy cubritivas, cuando se utilizan ciertas tonalidades intensas en todo tipo de superficies, inclusive paredes, es aconsejado aplicar por lo menos una mano de blanco puro. La saturación del color será mayor y se verá mas brillante, no siendo influenciado por previas manos de otros colores oscuros o cemento.
Pequeñas muestras vs grandes superficies
Algunas tonalidades pueden aparentar ser diferentes en el momento de la elección del color, preparación de la pintura o prueba en un pequeña porción de pared. Pero cuando toda una gran superficie está debidamente cubierta con las manos necesarias nuestros ojos cambian de opinión y podemos admirar otras particularidades del color.